La responsabilidad social como actitud previene comportamientos poco éticos
Reproducimos el artículo de Ramón Guardia, presidente de Valores & Marketing, para sus alumnos del Máster en Dirección de Relaciones Públicas y Gabinetes de Comunicación de la UAB.
En él, defiende que las empresas deben gestionarse de forma responsable, y no gestionar un departamento de responsabilidad social. La responsabilidad social es una actitud, y no un conjunto de normas.
“Si entendemos la RSC como la gestión responsable de la empresa y no la limitamos a un departamento que realiza esta función, muchos de los comportamientos, poco éticos o sostenibles que fueron una práctica habitual hace poco, no se hubieran producido”. Esta contundente reflexión es de Ramón Guardia, presidente de la empresa `Valores & Marketing´ y profesor del Máster en Dirección de Relaciones Públicas y Gabinetes de Comunicación de la UAB.
Ahora, que nuestros alumnos están inmersos en la preparación del proyecto final y en la que deben preparar un plan de comunicación de una ONG, es oportuno recordar la importancia de la RSC como parte ineludible del día a día de un profesional de la comunicación.
La Responsabilidad Social Corporativa, en palabras de Guardia, no son un conjunto de normas, sino que constituye una actitud. “Por eso tenemos que hablar de gestión responsable de las empresas y no de gestión de la responsabilidad social”.
Para Ramón Guardia, las empresas mejoran su reputación potenciando y mejorando a las personas, la sociedad y el entorno. “Las organizaciones no sólo deben generar valor para ellas y sus accionistas, también deben generar valor para la sociedad en la que operan”.
Cuando el marketing y las iniciativas sociales de las empresas se alinean con los objetivos de negocio, se pueden obtener resultados tangibles y económicos. “Además –afirma Guardia- tener en cuenta al entorno y a las personas ayudará también a las compañías en sus procesos de innovación y consolida su imagen pública”.